MILES DAVIS & B.B. KING: BARCELONA 1973
Las relaciones de Miles Davis y los aficionados al jazz de Barcelona, en donde pese a todo siempre tuvo un gran cartel, fueron accidentadas y tempestuosas, hasta el punto de que de cinco ocasiones en las que su presencia estaba anunciada y todas las entradas vendidas, sólo en dos llegó actuar y, de estas dos, sólo en una de ellas se puede decir que su actuación discurriera por cauces de “normalidad”, sin perjuicio de que, además, Miles fuera protagonista de alguna anécdota sabrosona.
A la que me voy a referir es a la que yo presencié el 12 de Noviembre de 1973 porque es la más jugosa de todas y además tuvo un curioso epílogo al día siguiente. Esa actuación debía consistir en dos conciertos el mismo día, uno de tarde y otro de noche, porque en aquellos tiempos los festivales eran “come il faut”, con sesiones de tarde y noche. Miles llegó en avión a Barcelona con su conjunto un par de días antes desde París, donde había actuado anteriormente, y todo su equipo, electrificación, maracas, bongos, y demás instrumentos, debían llegar por carretera la misma mañana del concierto. Ocurrió que por un error del conductor del camión la documentación no estaba en regla y no pudo pasar la frontera por lo que era seguro que el material no iba a llegar a tiempo. La organización del festival se ofreció a adquirir o alquilar todo lo necesario para que el concierto se celebrara con normalidad. Miles se negó en redondo asegurando que o disponía de su propio material o no tocaba y además, tocara o no tocara, quería cobrar igual. Aquella tarde fue un frenesí de llamadas, idas y venidas, amenazas, etc.. Yo lo recuerdo bien porque con mis padres y mis hermanos debíamos ir a la sesión de la noche y no se sabía si finalmente tendría lugar o no. El concierto de la tarde se suspendió pero el de la noche, aunque con una hora de retraso, sí se celebró, no sé si porque el camión ya había llegado o porque habían convencido a Miles. No os puedo decir si lo que tocó estaba bien o no, sólo recuerdo que ni saludó al inicio, no presentó a los músicos, se dedicó a los teclados, tocó muy poco la trompeta, algo así como notas sueltas, estuvo siempre de espaldas y todo acabó en gran escándalo y abucheo general, con la gente pensando que lo que era el final se trataba sólo del intermedio.
A la que me voy a referir es a la que yo presencié el 12 de Noviembre de 1973 porque es la más jugosa de todas y además tuvo un curioso epílogo al día siguiente. Esa actuación debía consistir en dos conciertos el mismo día, uno de tarde y otro de noche, porque en aquellos tiempos los festivales eran “come il faut”, con sesiones de tarde y noche. Miles llegó en avión a Barcelona con su conjunto un par de días antes desde París, donde había actuado anteriormente, y todo su equipo, electrificación, maracas, bongos, y demás instrumentos, debían llegar por carretera la misma mañana del concierto. Ocurrió que por un error del conductor del camión la documentación no estaba en regla y no pudo pasar la frontera por lo que era seguro que el material no iba a llegar a tiempo. La organización del festival se ofreció a adquirir o alquilar todo lo necesario para que el concierto se celebrara con normalidad. Miles se negó en redondo asegurando que o disponía de su propio material o no tocaba y además, tocara o no tocara, quería cobrar igual. Aquella tarde fue un frenesí de llamadas, idas y venidas, amenazas, etc.. Yo lo recuerdo bien porque con mis padres y mis hermanos debíamos ir a la sesión de la noche y no se sabía si finalmente tendría lugar o no. El concierto de la tarde se suspendió pero el de la noche, aunque con una hora de retraso, sí se celebró, no sé si porque el camión ya había llegado o porque habían convencido a Miles. No os puedo decir si lo que tocó estaba bien o no, sólo recuerdo que ni saludó al inicio, no presentó a los músicos, se dedicó a los teclados, tocó muy poco la trompeta, algo así como notas sueltas, estuvo siempre de espaldas y todo acabó en gran escándalo y abucheo general, con la gente pensando que lo que era el final se trataba sólo del intermedio.
Ocurrió que al día siguiente correspondía el concierto de B.B. King y su banda y, una vez iniciado éste, Miles apareció entre los bastidores del “Palau”. B.B. King le vio y le invitó a salir al escenario. Yo también estaba ese día y lo recuerdo perfectamente. Miles, de la guisa de diva trasnochada que podéis ver en el vídeo que os pongo a copntinuación, salió al escenario en plan zombi y con la trompeta prestada por un músico de la banda de King se dignó tocar un poco:
Está claro que en Barcelona ya éramos entonces unos pazguatos y tras semejante mamarrachada en vez de tirarle tomates se le ovacionó largamente. Es llamativo lo que al día siguiente dijo Albert Mallofré, crítico de jazz en “LA VANGUARDIA”, que apreció “…unas bellísimas frases de blues con aquel sonido suyo fresco, transparente y destilado que tanto le añoran los viejos aficionados.” . Más cercano a la realidad estuvo en su crónica Angel Casas: “ … Miles se colocó de espaldas a los asistentes y demostró incomodidad frente a los achuchones que le daba el bluesman …. Después de cada breve esfuerzo soplador miraba a King como preguntándole si ya se podía ir ….” .
Luego se dijo que todo fue casual, que Miles aprovechó que ese día seguía en Barcelona para ir a ver el concierto de B.B. King; que estaba entre el público y que el bluesman le invitó a subir al escenario. Eso no es cierto, Miles no estaba entre el público y salió al escenario desde una puerta lateral que conduce a los camerinos. Yo estoy convencido que estaba todo preparado y no tuvo nada de espontáneo.
Y tal fue mi primera experiencia con el gran Miles ....
Xavier GT
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Data: 6 de Maig a les 20,45 h.
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